“Además, otro aspecto positivo del programa SHE es que había mujeres que estaban solas y no tenían red social, y gracias al programa han conseguido crear grupos de apoyo. De hecho, en algunos de los hospitales que participaron en el proyecto piloto, aunque las sesiones estructuradas ya han concluido, las participantes han seguido reuniéndose y compartiendo información y experiencias”, ha señalado la experta.
El divorcio, la pobreza, madres solteras, viudedad, los cuidados de los ancianos e hijos enfermos son estresores especialmente relevantes en las mujeres, segn Mller. Si las estructuras sociales y los estereotipos cambian pueden cambiar tambin los roles masculino y femenino, con posibles consecuencias sobre la salud mental de ambos, advierte la psiquiatra.
Por otra parte, el programa se ocupa también de la formación a profesionales sanitarios de los hospitales donde se han implantado las unidades SHE, especialmente a aquellos relacionados con la atención a mujeres con VIH: ginecólogos, psicólogos y médicos de Atención Primaria. Esta actuación pretende formar a los profesionales sanitarios en aspectos relacionados con la mujer y el VIH para lograr una mejora en la calidad asistencial.
Explica la catedrtica que un dato muy importantes es el de la interiorizacin o exteriorizacin de las emociones; los hombres son ms “internalizadores” (muestran alteraciones fisiolgicas sin expresin emocional patente) y las mujeres son ms “externalizadoras” (muestran expresiones emocionales ms evidentes, sin correlatos fisiolgicos). Es evidente que estas diferencias en la capacidad de expresin y reconocimiento emocional en las mujeres las convierte en candidatas a una mayor vulnerabilidad para trastornos afectivos y de ansiedad.
Subraya Leal que la investigacin epidemiolgica en psiquiatra ha establecido una relacin entre psicopatologa y algunos factores sociodemogrficos. En concreto, el gnero ha sido identificado como uno de los factores ms importantes, apuntando diferencias tanto en lo relativo al diagnstico, como en la presentacin clnica de los trastornos, as como en el tratamiento.
Los estudios epidemiolgicos que contemplan las diferencias por gnero en los trastornos mentales encuentran, puntualiza Leal, que mientras que algunos diagnsticos no muestran tasas diferentes (trastorno bipolar I o esquizofrenia), otros, en cambio, son mucho ms frecuentes en mujeres (trastornos depresivos, de ansiedad, de la conducta alimentaria, etc.), con ratios muy elevadas, en ocasiones, a favor de stas.