Más allá de suministrar nuevos médicos al sistema público de salud, un segundo objetivo de MIC es implementar un nuevo modelo de educación médica y de brindar salud en Venezuela basado en el modelo comunitario y preventivo utilizado en Cuba. Apoyado por las nuevas instituciones académicas del Estado como La Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), la carrera universitaria de medicina integral comunitaria dura un total de seis años, más un curso preparatorio pre-médico. A diferencia de carreras médicas tradicionales, desde el primer año se pone estudiantes en contacto con pacientes donde observan a los médicos encargados de clínicas comunitarias, además de acompañarlos en las visitas de terreno o “casa por casa”.
Venezuela ha difundido la medicina integral comunitaria también a América Latina y el mundo más allá a través de La Escuela Latinoamericana de Medicina “Salvador Allende” (ELAM) en Caracas. Actualmente en esta institución 2,200 estudiantes de 42 países se están formando en medicina integral comunitaria cortesía del gobierno venezolano. Una vez que culminen sus estudios se espera que regresen a sus países de proveniencia para fortalecer los sistemas públicos de salud allí y servir las necesidades de salud de sus pueblos.
En conjunto con otros programas sociales gubernamentales, Barrio Adentro ha sido un factor importante para el mejoramiento de indicadores de salud en la nación suramericana durante la última década. Esto se destacó en un estudio por el Consejo de Investigación Social y Económica (Washington) que demostró que entre otros indicadores, entre tan solo 2003 y 2006 la mortalidad infantil se redujo en Venezuela desde 18.5 por 1000 nacimientos hasta 14.2 por 1000 nacimientos.
Sin embargo, basado en la información disponible y en concordancia con los hallazgos anecdóticos de esta investigación, la gran mayoría de los nuevos médicos comunitarios de Venezuela parecen ser humanistas, bien formadas y profesionalmente competentes. La evidencia sugiere que ya le toque al sector tradicional aceptar que muchos de sus colegas comunitarios son mucho mejor formados de que se había imaginado originalmente, y que muchas de las críticas apuntadas al programa MIC se han evidenciado injustas a lo mejor y deliberadamente engañosas a lo peor. Muchos médicos convencionales habrán estado conmocionados cuando en un concurso académico reciente para entrar estudios de postgrado en la prestigiosa Universidad de Los Andes, tres de los cuatro médicos comunitarios quienes se postularon fueron aceptados a los cuarenta-y-algo puestos ofrecidos, mientras hasta dos cientos aspirantes graduados de las universidades tradicionales no tuvieron éxito.
Cuando la primera promoción de médicos comunitarios se graduó en diciembre 2011 estas críticas asumieron las características de una campaña para desacreditar el programa MIC. Proliferaron “revelaciones” de supuesta mala praxis de estudiantes de MIC y memes y otros chistes en línea pintando a los médicos comunitarios como incompetentes y estúpidos, mientras críticas desde el sistema médico tradicional parecían desproporcionadas, severas y a veces enteramente falsas. En una entrevista con el periódico El Tiempo en noviembre 2012, el director del colegio de médicos en Estado Anzoátegui, Asdrúbal González, hasta aseveró que los médicos cubanos en Venezuela tienen una tasa de diagnósticos errados de entre 60 – 70%, y dijo de los médicos comunitarios que formaban, “No sé para qué están siendo formados, pero para ser médicos definitivamente no es”.
*Ewan Robertson es un periodista escocés basado en Venezuela. Escribe para el sitio web Venezuelanalysis.com y desde Venezuela ha publicado o trabajado como corresponsal en diversas fuentes como Radio Nueva Zelandia (Nueva Zelandia), El Indypendent (Nueva York), el Consejo Carnegie para la Ética en Asuntos Internacionales (Nueva York), y El Bureau Latinoamericano (Londres).