La dependencia producida por las drogas puede ser física, lo que se conoce como síndrome de abstinencia; y también psíquica, que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar. Se siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y se experimenta un desplome emocional cuando no se consigue. Por ejemplo, la abstinencia de la cocaína no trae síntomas como vómitos ni escalofríos; en cambio se caracteriza principalmente por la depresión. Las más consumidas son el tabaco, el alcohol, la heroína, la metadona, la cocaína, la ketamina, la anfetamina, el cannabis, el LSD, los esteriodes y el éxtasis.
Agregó que los temas vinculados a la medicina exigen una lectura paciente y ordenada, lo cual jamás se podrá lograr si todos nos limitamos a leer titulares en la web. “Mis amigos periodistas fueron los primeros en llamarme para preguntar por mi estado de salud, pero lo gracioso es que varios de ellos ni siquiera habían terminado de leer lo que publique en El Comercio. Gracias por el interés y por el cariño a este humilde servidor”.
¿Cuál se supone que es la frontera? En teoría es la prescripción médica la que tilda el término droga de un matiz distinto. Las drogas ilícitas varían de acuerdo a la legislación de cada país. Existen convenciones internacionales que han establecido como prohibido el uso no médico de opiáceos, cannabis, alucinógenos, cocaína y muchos otros estimulantes, al igual que de los hipnóticos y sedantes. Sustancias lícitas rehúyen sin embargo la calificación de drogas, así lo sean. A pesar de provocar más muertes en las sociedades modernas que ninguna otra, alcohol y tabaco no tienen el mismo estigma que las restantes drogas, son legales y su uso está aceptado socialmente y regulado por la administración pública.
También es conocida su clasificación entre blandas y duras. La diferencia entre una droga dura y una droga blanda es que la dura causa adicción o dependencia tanto física como psíquica, mientras que la blanda causa adicción o dependencia a nivel solo físico, o solo psíquico. Duras son la cocaína, la morfina, la heroína, el alcohol, o las anfetaminas, y blandas la marihuana, el hachís y la cafeína.
La demanda de marihuana en cualquier caso ha crecido, y la cuestión acerca de la legalización también. No parece que eso vaya a erradicar el problema de la violencia, pues la hipotética legalización de la marihuana poco o nada afectaría al narcotráfico de cocaína. Se cree que los ingresos totales que producen las ventas de estupefacientes en Estados Unidos oscilan entre 60.000 millones y 120.000 millones de dólares.
El estudio, publicado en la revista American Journal of Alzheimer’s Disease and Other Dementias, se basó en datos proporcionados por 660 pacientes, que completaron encuestas sobre su consumo de alcohol y los datos demográficos, incluyendo una serie de evaluaciones neuropsicológicas y la presencia o ausencia de la enfermedad genética Alzheimer.