Conocemos como testamento vital al documento de voluntades anticipadas que algunas personas firman para dar indicaciones a los médicos sobre cómo quieren ser tratados en caso de enfermedad terminal o irreversible. Sin embargo, sigue habiendo muchos malos entendidos sobre qué puede y qué no puede regularse mediante este documento.
El testamento vital no tiene nada que ver con la práctica de la eutanasia, ya que esta práctica no es legal en España. Nadie puede solicitar que se le aplique un tratamiento o medicamento que acelere o cause su muerte, pero sí se puede pedir que los médicos se abstengan de prolongar la propia vida cuando no hay posibilidad de curación.
Cada persona puede decidir qué tipo de tratamientos no desea recibir pudiendo negarse a que le den ninguna medicación que no sea destinada exclusivamente a aliviar su dolor o sufrimiento o exigiendo que no le conecten a máquinas que puedan prolongar de forma artificial su vida.
¿Es obligatorio respetar el testamento vital?
Si el testamento vital se ha realizado de manera correcta, los médicos estarán obligados a respetarlo. Las formas correctas de realizarlo son tres:
- Ante un notario
- Ante tres testigos de los cuales al menos dos no pueden ser familiares directos ni verse beneficiados económicamente por la muerte de la persona.
- Ante los funcionarios de los registros creados específicamente para este fin que existen en todas las Comunidades Autónomas.
El realizar este documento no obliga a nada a la persona que lo firma, que puede cambiar de idea en cualquier momento, revocando dicho testamento ante el registro, en la notaría o rompiendo el original firmado ante testigos.
El testamento vital y la donación de órganos
Algo que muchas personas no saben es que este documento de voluntades anticipadas también regula la donación de órganos e incluso lo que se desea que se haga con el cuerpo, especificando, por ejemplo, si se desea ser incinerado o si se quiere ser enterrado.
Si alguien es donante de órganos pero lo es exclusivamente con una tarjeta de donante, los familiares pueden decidir no respetar esto y los responsables médicos siempre acatarán la decisión de los familiares. Esto es así incluso cuando han sido los mismos familiares quienes han firmado como testigos en la inscripción de la persona como donante de órganos.
Por eso, si se desea donar los órganos para trasplantes o incluso para la ciencia, es importante que esto se haga constar mediante el testamento vital ya que de este modo la voluntad de la persona prevalece ante la de sus familiares.