menu semanal saludable

menu semanal saludable

¿Alguna vez se ha preguntado cómo habían preparado ese lomo de ternera que se deshizo en su boca como la mantequilla sin que los dientes participaran apenas en el proceso? ¿O por qué el pollo asado que tomó en aquella brasería era el más jugoso que ha tomado en su vida? ¿Todavía se sorprende al recordar la textura de aquella panna cotta, cuya cremosidad nunca pudo borrar de su memoria (ni reproducir en casa)?

La mayoría de las empresas opera con la misma metodología: establecen un menú diario cada semana de modo que sus clientes pueden contratar la vianda por día o por toda la semana. Asimismo, algunas de las empresas tienen menús vegetarianos como opción y otras directamente trabajan sobre el segmento de alimentos saludables, de manera exclusiva.

Cuestiones éstas menos atractivas que el encopetado afán ideológico de la “defensa de la Patria”, movida bordada con dudosa caligrafía militante. Error de cálculo: la Patria es un sentimiento colectivo que nos identifica, pero no es abstracto. Empieza con un empleo y un salario dignos que garanticen un plato de sopa y un menú saludable en la mesa diaria de los argentinos. Y sigue con chicos y jóvenes que tengan una educación de calidad, trabajadores con acceso a la salud, el crédito y la vivienda, jubilaciones que no lastimen ni la vida ni el alma de quienes le dieron al país su vida útil. La Patria, al fin, no se hace con discursos altisonantes en despachos oficiales transformados en estudios ficcionales de TV.

El Gobierno libra demasiadas batallas a la vez. Que la brecha del dólar; que el entuerto leguleyo en torno a los buitres y el fallo de Griesa; que la presión al Congreso para que saque la ley que revisa los contratos acordados con los acreedores de los canjes de esa deuda; que la abierta pulseada con los empresarios por la ley de abastecimiento; que el complot internacional contra la Argentina que la Presidenta cree ver detrás de todo.

Los emprendedores del sector atribuyen el crecimiento a tres razones fundamentales: por un lado, la seguridad de contar con el almuerzo a la hora indicada y en condiciones adecuadas; por otro, el menor costo con respecto al valor de un menú ejecutivo en cualquier bar del centro y; finalmente, la mejor calidad de los alimentos.

A pesar de los beneficios para la salud de este estilo de vida, el encarecimiento en los últimos años de algunos componentes de la dieta ha disminuido su seguimiento en nuestro entorno (frutas, verduras, pescados, etc.). Aunque sea justo reclamarlo, no deberíamos esperar un abaratamiento generalizado de estos alimentos para comer de forma saludable. Esta situación nos exige ser más proactivos:

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