Un disolvente desde el punto de vista químico es una sustancia que tiene la capacidad de disolver otra sustancia para formar una solución (mezcla homogénea). En la solución el disolvente, de esta manera, es el componente que está presente en cantidades mucho más altas o es el que determina el estado físico de la materia de la solución (por ejemplo, sólido, líquido, gas).
Los disolventes son, por lo general, líquidos; aunque también pueden ser gaseosos o sólidos. Las soluciones líquidas que no contienen agua como disolvente, se denominan “soluciones no acuosas”.
¿Qué son los disolventes orgánicos?
El grupo de disolventes no acuosos líquidos son los más comúnmente utilizados y se caracterizan por los disolventes orgánicos. Por lo general, pertenecen a los siguientes grupos de productos químicos: alifáticos, hidrocarburos aromáticos, alcoholes, glicoles, cetonas y ésteres.
En consecuencia, los disolventes orgánicos están formados por hidrocarburos y sustancias relacionadas; y la mayoría de los disolventes utilizados industrialmente son volátiles. De acuerdo con la definición de la Directiva de la UE, los COV (compuestos orgánicos volátiles) son un compuesto volátil si la presión de vapor es superior a 0,1 mbar a 20 ° C.
¿Pueden ser peligrosos los COV?
Los disolventes tienen diferentes efectos sobre la salud humana, según el tipo de exposición que se produzca a través del vapor, la niebla, o de forma líquida. De esta manera, penetrarían en el organismo por inhalación, ingestión y a través de la piel.
La manera en la que el disolvente puede entrar en el cuerpo depende de la volatilidad y solubilidad del disolvente de grasa y los efectos adversos para la salud son específicos para cada tipo de disolvente; he aquí un listado los efectos de los COV:
- • Un efecto narcótico, causando fatiga y mareos. Las dosis altas pueden llevar a la inconsciencia y la muerte. La exposición a grandes dosis de disolventes podrían además retrasar su tiempo de reacción y afectarían a un juicio racional.
- • Irritación de los ojos y las vías respiratorias
- • Dermatitis u otros problemas de la piel.
- • Daños en el hígado, los riñones, el corazón, los vasos sanguíneos, médula ósea y el sistema nervioso (por ejemplo, encefalopatía crónica). Los disolventes pueden penetrar la piel y entrar en el torrente sanguíneo.
De esta manera, la mayoría de los disolventes son volátiles e inflamables y deben ser manejados con cuidado. Algunos disolventes producen vapores que son más pesados que el aire y pueden filtrarse en la tierra o, en el peor de los casos, incluyen el aumento en el ozono atmosférico a través de un oxidación fotoquímica si no se controlan confiltros para COV.
Las política de la Unión Europea para prevenir los peligros derivados de los compuestos orgánicos volátiles se rigen según la Directiva 1999/13/CE del 11 de marzo de 1999, sobre limitación de emisiones de COV debidos al uso de disolventes orgánicos en determinadas actividades e instalaciones.