¿Cuáles son los tres contaminantes del agua más comunes?

A día de hoy, no es raro encontrar en el suministro de agua urbana alguna forma de contaminación: minerales, químicos, bacterias… Por suerte, la mayoría de nosotros ha tenido la suerte de vivir en una sociedad que tiene plantas de tratamiento de agua y científicos especializados que saben exactamente cómo ajustar los desequilibrios químicos y limpiar de parásitos nuestra agua para que sea segura para beber. Sin embargo, eso no significa que no debamos estar al tanto de la calidad de nuestra agua y de los posibles contaminantes que podemos encontrar en ella.

El agua se considera segura para beber cuando los niveles de sustancias químicas y minerales particulares no superan cierta cantidad especificada. No todos los contaminantes son perjudiciales para nosotros en pequeñas dosis (a pesar de que pueden darle al agua un gusto algo desagradable), pero si superan ese límite pueden causar varios problemas de salud e incluso la muerte.

Aquí están tres de los contaminantes del agua más comunes que pueden crearles daños:

Mercurio

Si alguna vez has manejado un termómetro tradicional, sabes lo que es el mercurio. Este producto químico es extremadamente peligroso y si se ingiere puede causar insuficiencia renal y problemas en el sistema nervioso. Incluso la más mínima cantidad de mercurio en el agua (0.002 mg / L) puede causar estragos. El mercurio puede entrar en el suministro de agua a través de la escorrentía agrícola, suministros de energía eléctrica, de baterías desechadas y también a través de depósitos naturales.

 

Flúor

A los dentistas les encanta decir que el flúor es bueno para los dientes e incluso hubo un movimiento en la década de 1990 que defendió que se añadiera fluoruro en el agua potable debido a los beneficios dentales que ofrecía. Sin embargo, si se pone demasiado fluoruro en el agua (4 mg / L), se pueden crear algunos problemas graves como la fluorosis ósea y dental. El fluoruro puede entrar en el agua a través de los fertilizantes, de aluminio, de depósitos naturales y también cuando se utiliza como aditivo.

 

Sulfato

Cuando el agua huele a huevos podridos es probable que sea hora de comprobar que no se haya producido una contaminación por sulfato. La consecuencia de la ingesta de agua contaminada por sulfato es un efecto laxante, irritación gastrointestinal y también diarrea. Este tipo de contaminación se produce naturalmente a través de los depósitos de sulfato que se encuentran en el suelo.

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