Los injertos de pelo son cada vez más frecuentes tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, aún en la actualidad existen muchas dudas y prejuicios con respecto a esta técnica que puede solucionar definitivamente los problemas que conllevan la pérdida de cabello.
Muchas personas incluso evitan beneficiarse en este procedimiento debido a afirmaciones sin fundamento, perdiendo la oportunidad de dejar atrás complejos e inseguridades. Por ese motivo, en este artículo vamos a desmentir con hechos varios de los mitos que más se repiten cuando se habla de trasplantes capilares. Estos son algunos de estos mitos y la verdad que existe tras ellos:
-Se nota mucho que es pelo falso: quizás hace un tiempo esto fuese cierto, pero las técnicas utilizadas hoy en día son muy precisas, y es muy complicado detectar si alguien lleva un injerto o no.
-Es solo para hombres: aunque es más habitual en ellos debido a una mayor tendencia a la caída del cabello, las mujeres también suelen demandar esta técnica cuando es necesario, algo que va en aumento gracias a la mejora en la naturalidad de los injertos. En la actualidad, alrededor del 30% de los pacientes que recurren a esta intervención son, de hecho, mujeres.
-El pelo trasplantado se caerá: las avanzadas técnicas que se utilizan evitan que esto pase. No habrá tampoco problemas de rechazo gracias a que el cabello proviene del propio paciente, por lo que el injerto es permanente y durará toda la vida sin necesidad de volver a someterse a la intervención.
-El cabello trasplantado es artificial: en un principio sí se utilizaba el conocido como “pelo de muñeca”, pero en la actualidad ya no es así, ya que el cabello utilizado proviene del propio paciente. La zona donante que más suele utilizarse es la occipital del cuero cabelludo, por lo que, como ya hemos indicado antes, no habrá peligro de rechazo.
-Funciona mejor en jóvenes: es verdad que es más sencillo predecir el patrón de caída de cabello cuando se comienza con el trasplante a una edad temprana. Sin embargo, eso no significa que personas más maduras no puedan beneficiarse del injerto, ya que la edad no imposibilita el procedimiento.
-Solo puede realizarse en la cabeza: la mayoría de ocasiones se hace en el cuero cabelludo, pero esta intervención no está limitada a esa zona, sino que también hay creciente demanda para otros lugares del cuerpo como las cejas o barbas poco pobladas.
-Es doloroso: en absoluto lo es, ya que se utilizará anestesia local durante la intervención. Tampoco es necesaria la hospitalización del paciente e incluso se puede recuperar vida normal desde el primer día después de someterse al procedimiento.
-Es caro: esto depende, además de la cantidad de cabello que deba injertarse, de la subjetividad de cada persona. Como cualquier cirugía estética, se trata de un procedimiento permanente que pretende mejorar las condiciones de vida de aquellos que se someten a ella, y como se suele decir, hay ciertas cosas que no tienen precio.