“Hay un importante factor cultural en mujeres y hombres. Como nuestros antepasados descendían de europeos se sigue teniendo esa imagen de mujer exitosa flaca y alta cuando nuestra figura es distinta, más latina. Además el Índice de Masa Corporal es igual en todo el mundo”, resumió.
A lo largo de los años nos hemos fijado en las Princesas Disney como grandes modelos a seguir: son fuertes, decididas, tienen carácter y luchan por lo que quieren. Parece que hasta ahí, todo bien. Pero nuestras grandes heroínas de la infancia también pueden tener, al menos, parte de la culpa de las altas expectativas que tenemos en cuanto al amor, los hombres o nuestro propio aspecto físico.
Precisamente, respecto a esto último, ha decidido concienciarnos la ilustradora Loryn Brantz, que ha ideado cómo serían Ariel, Elsa, Pocahontas, Bella y compañía con un peso mucho más realista al que nos tienen acostumbradas en sus películas. Porque no nos engañemos, muchas de nosotras hemos querido parecernos a ellas durante parte de nuestra infancia pero no deberíamos hacer mucho caso al canon de belleza que tratan de marcarnos. En realidad, un peso saludable lleva consigo algo de cintura, y a nosotras nos gustan incluso más así. ¿Y a ti? ¿Qué te parece?
En este sentido, alertó sobre ciertas conductas a tener en cuenta. “Las patologías de distorsión del espacio corporal hacen que los pacientes intenten justificar su conducta con distintas excusas y generalmente tienen una noción muy específica de su peso. En esas situaciones la familia y los amigos tienen que estar alertas para que se llegue a un diagnóstico y a tratar la patología. El ritmo de vida actual hace que muchas veces no se comporta la comida. Quizás es más factible que amigos y familiares lejanos vean el cambio”.
De esta forma se refirió a su peso Luciana Salazar. Si se toma como parámetro el Índice de Masa Corporal, que se calcula dividiendo los kilos de peso por el cuadrado de la estatura en metros, aún el peso que declara es preocupante. Su índice es de 16.38 lo que indica que tiene un peso insuficiente.
• ¡No vuelvas a lo dulce! Procura no terminar cada alimento con algo azucarado o en su defecto, poner endulzantes a alimentos que no lo requieran, por ejemplo a la leche, las frutas o al pan.