Los organismos nacionales e internacionales consideran que una persona detectada a tiempo mejora su calidad de vida y la de su familia considerablemente; pasan entre 4 a 5 años desde la manifestación del padecimiento hasta el diagnóstico.

Por el MAP rubricó el documento, Ramón Ventura Camejo, ministro de Administración Pública; Freddy Hidalgo, ministro de Salud, por esa cartera, y Príamo Rodríguez Castillo, rector de UTESA, por la alta casa de estudios.

Ventura Camejo reiteró la trascendencia de interiorizar en la cultura institucional un nuevo modelo de atención de salud, con énfasis en el primer nivel de atención, que debe ser el más vinculado directamente a las necesidades de salud de la población.

La indiferencia social, la falta de cultura por atender a las personas en la etapa de senectud, la necesidad de especialistas que atiendan a una población de adultos mayores que va en aumento.

Según la encuesta, los afectados resaltan el apoyo obtenido por familiares y amigos. Por su parte, las instituciones son las peor valoradas, mientras que en el lado opuesto está Stop Desahucios. “El proceso es muy largo y las personas muy vulnerables por el desgaste”, apunta Daponte. “No sabemos cuánta gente hay viviendo esto de forma aislada, ni la situación de la población infantil, que estará afectada por la precariedad de las familias cuyos padres pierden el empleo primero y la vivienda después”, agrega.

Para la Federación Mexicana de Alzheimer, es una prioridad de salud pública para el gobierno, ya que la atención a largo plazo para personas con demencia, pone bajo presión tanto a los sistemas sociales y de salud como a los erarios gubernamentales.