Al distinguir entre escuela de baile y escuela de danza, nos damos cuenta de que hay un matiz que separa ambos tipos de centros. Y aunque los dos tienen el mismo denominador común que es el baile y la música, los conceptos adquieren dimensiones diferentes.
Ya partimos de la idea clásica del baile y ésta es la danza. Como expresión del movimiento acompañada por la música, la danza y sus principios tal y como se la conoce hoy, se formaliza en el siglo XVII en el reinado del Rey Sol francés. No es hasta entonces que cobra una relevancia artística que en poco o mucho, según se mire, ha cambiado hasta nuestros días.
Es por ello que identificamos a la danza como el conjunto de técnicas que se han ido desarrollando a partir de una clasificación de los movimientos del cuerpo de los danzarines. Y que en ciertas etapas históricas incluso actuales, introduce variables que avanzan en su concepción y puesta en escena.
Estudiar danza no hace referencia por tanto a los mismos conocimientos que bailar o aprender a bailar. Y de aquí parten los usuarios cuando buscan clases de baile. Aunque a día de hoy el baile es materia formativa igualmente, pero lleva connotaciones modernas y por eso se aprende la danza contemporánea como materia o asignatura.
La danza clásica nos evoca a la ópera, disciplina muy apegada a ella y donde el bel canto hace una estrecha fusión con el movimiento humano, creando un prototipo clásico de la belleza clásica en la puesta en escena y, por supuesto, en el baile.
¿Significa entonces que hay que plantearse si uno quiere bailar danza clásica o baile moderno? Realmente así es. Y dado que los estudios y práctica de la danza deben abordarse desde la infancia de manera preceptiva, cualquier joven o adulto tendrá que dirigirse al baile y no a la danza a partir de cierta edad como los 7-9 años máximo.
Con esta criba o filtro que impone la edad, los alumnos se enfocan hacia donde quieren ir y qué escuela de danza les permite iniciarse como bailarines. Sin embargo, para ser bailarín de danza contemporánea y moderna, los preceptos clásicos y el aprendizaje desde la infancia no son imprescindibles, sobre todo cuando las cualidades físicas y el entrenamiento infantil no se han hecho.