Cuando el cuerpo reacciona a destiempo

El sistema inmunológico nos protege frente a agresiones de virus y bacterias, pero qué ocurre cuando se equivoca? En ocasiones, no se sabe muy bien por qué, nuestras defensas atacan a sustancias tan inofensivas para el cuerpo humano como algún alimento. Es entonces cuando se produce lo que se llama como alergia alimentaria.

 

Se da la circunstancia además de que en los últimos años se multiplican los casos de alergias alimentarias en niños y bebés, incluso se ha llegado a constatar que uno de cada cuatro niños padece alguna alergia. Entre los alergenos más comunes se encuentran la leche de vaca, el huevo, el pescado, el marisco, los frutos secos como las nueces o los cacahuetes, y en menor medida la soja y el chocolate.

 

Una alergia alimentaria, al igual que una alergia a algún medicamento o a la picadura de un insecto por ejemplo, puede llegar a alcanzar consecuencias funestas para quien la padece, por lo que se hace imprescindible reconocer los primeros síntomas para así poder lograr un diagnóstico. Las personas que sufren alguna alergia alimentaria suelen presentar los síntomas alrededor de unas dos horas después de la ingestión del alimento, y se presentan en forma de urticaria o sarpullido en la piel y dificultades para respirar, con sibilancias. Otros síntomas que pueden presentar son reacciones cutáneas ante el contacto con el alimento, lo que se traduciría en picor e hinchazón en la zona bucal, labios, lengua y garganta. Además suelen ir acompañados de dolor abdominal y dificultad para tragar, producida por una inflamación de tráquea y laringe.

 

Si se presentan uno o varios síntomas es necesario acudir al médico o a una clinica acupuntura madrid cuando antes para recibir la atención sanitaria adecuada y realizar el diagnóstico de la alergia alimentaria, si no ha sido identificada aún. Para identificar el alimento que causa alergia, en ocasiones basta con pruebas cutáneas, aunque en otras hay que recurrir a eliminar todos los posibles alimentos que causan alergia de la dieta e irlos introduciendo uno por uno hasta dar con el causante de la reacción.

 

No hay que confundir una alergia con una intolerancia, ya que en ésta última no está implicado el sistema inmunológico sino que más bien se trata de molestias gastrointestinales e irritabilidad. En el caso de los bebés con intolerancia a la proteína de la leche de vaca (lactosa), ésta suele desaparecer cuando el niño alcanza los dos o tres años, pero hay personas que lo tienen durante el resto de su bida y sólo pueden comer Alimentos sin Gluten