El jamón ibérico es uno de los alimentos más representativos de nuestra gastronomía, siempre que se pone una buena mesa, ahí está él como protagonista. Además, es un ingrediente tan versátil que podemos emplearlo en todo tipo de recetas y platos. Pero ¿además de estar tan bueno es tan sano como pensamos? ¿Qué pasa con las personas que sufren enfermedades como la hipertensión, pueden comer jamón?
Si acaba de diagnosticarte hipertensión y te preocupa tener que renunciar a esos estupendos aperitivos en los que el jamón era el rey, a continuación te lo aclaramos. Sigue leyendo para saber si puedes comer jamón si tienes hipertensión.
¿Puedo comer jamón si tengo hipertensión?
Recientemente se ha publicado un estudio realizado por la UCAM (Universidad Católica San Antonio de Murcia) en el que se ha demostrado los efectos positivos en la salud que tienen los péptidos presentes en la carne curada como la del jamón serrano. De esta forma, se ha demostrado que el consumo moderado de jamón produce efectos beneficiosos en la presión arterial y que, además, alguno de esos péptidos procedentes de la maduración son antihipertensivos.
Gracias a este estudio se ha podido demostrar que, al contrario de lo que antes se pensaba, cuando el jamón era contraindicado en personas con enfermedades relacionadas con la hipertensión, el jamón es un alimento con muy buenas propiedades nutricionales y cardiosaludables. En el jamón podemos encontrar otros compuestos beneficiosos para la tensión arterial, que pueden ayudar a controlarla como el potasio y los aminoácidos como la tirosina.
Durante en tiempo en el que los jamones se encuentran en el secadero para su maduración, se produce la proteólisis. Se trata de un proceso en el que se liberan gran cantidad de pequeños fragmentos de proteínas con propiedades antihipertensiva, que se ha demostrado, tienen la capacidad de inhibir hasta un 90% la formación de angiotensina (un potente vasoconstrictor). En consecuencia, estás de enhorabuena. Puedes seguir comiendo jamón serrano e ibérico moderadamente si sufres de hipertensión.
Trucos para comer jamón si tienes hipertensión
Una de las primeras indicaciones que los doctores dan cuando hablan con un paciente diagnosticado con hipertensión es la reducción de las cantidades de sodio. Por ello, es muy común que muchas personas lleguen a pensar que, al tratarse de un alimento salado el jamón será uno de esos alimentos prohibidos para ellos. Todos sabemos que la sal es uno de los elementos imprescindibles para poder curar y conservar los jamones y que sin su uso no sería posible obtener los aspectos sensoriales como el sabor y el aroma tan característicos del jamón.
Sin embargo, esto no es así, existe una serie de trucos y recomendaciones, que nos facilitan desdela tienda de jamones Jamón Puro Bellota, para comer jamón si riesgo a sufrir una subida en la presión arterial.
La primera de todas es la de reducir la cantidad de jamón que comes, ciñéndote a las recomendaciones de los expertos en salud de comer jamón 2 o 3 veces a la semana (lo que supone ingerir 2gr de sal procedente del jamón, representando un 5% de la cantidad semanal recomendada), como mucho. Una forma sencilla de consumir jamón y, que te ayudará a racionarte, es comprándolo en lonchas de 100gr. Por otra parte, el jamón ibérico de bellota contiene menos sal y su grasa es más saludable que la del jamón serrano. Por ello, aprovecha que comerás menos cantidad, para que esta sea de calidad.
Otra opción es la de reducir las cantidades de sal en otros alimentos y comidas, para compensar la que ingerirás cuando comas jamón en tus aperitivos y, de esta manera, no superar la cantidad de sal recomendada diariamente. Además, combina el jamón con otros alimentos ricos en potasio. Este mineral contrarresta algunos de los efectos nocivos de la sal en la presión arterial. Por ello, incluye en tu menú alimentos como las naranjas, la uva, las zanahorias, las espinacas o las patatas.
Evitar bebidas alcohólicas. Sabemos que con un buen jamón lo que mejor casa o marida es una copa de vino. Sin embargo, la cerveza tiene menos graduación de alcohol que los vinos y también sienta muy bien cuando la acompañamos de una tapa de jamón.
Por último, haz ejercicio. Esto es común a todas las personas, tengan o no hipertensión. Tener una vida activa y dejar de lado el sedentarismo hará que tus niveles de hipertensión mejoren junto con tu estado de salud y físico.
Cuando tenemos hipertensión el reducir el consumo de sal o la eliminación por completo de esta, es una solución simplista que no soluciona el problema, tal y como se ha demostrado. El sodio es necesario para nuestro organismo para mantener un salino adecuado, incluso cuando tenemos problemas con nuestra tensión arterial. La cuestión del problema se encuentra en la cantidad de sal que ingerimos, que normalmente suele ser el doble o triple de lo que nuestro cuerpo necesita en realidad: lo recomendado por las autoridades sanitarias es 5gr diarios.