Consecuencias del divorcio en los hombres

La situación de atravesar por un divorcio es un mal trago para cualquier persona, sea hombre o mujer. Sin embargo, según algunas encuestas el porcentaje de hombres que se suicidan por causa de un divorcio es nueve veces mayor que las mujeres. Por tal motivo se ha creado una asociación de hombres divorciados, donde pueden conseguir ayuda y el apoyo necesario para seguir adelante.

Cifras alarmantes del divorcio

Los índices de hombres divorciados que se suicidan han aumentado de manera significativa. Y es que, por cada mujer divorciada que suele tomar la decisión del suicidio hay nueve hombres que lo hacen; eso representa el 90%, sin duda una cifra alarmante para los especialistas. Pero ¿Por qué toman muchos hombres esta decisión? ¿Cómo les afecta el divorcio la vida?

Principales consecuencias del divorcio

En cierto que los sentimientos de fracaso y derrota pueden agobiar a ambos sexos, pero en los hombres los problemas pueden parecer mayores.

  • Los tratos que se hacen en los tribunales nunca parecen favorecer a los hombres. Los hijos son los más afectados y considerados por la sociedad, y al romper el vínculo matrimonial muchos hombres sufren los efectos traumáticos de esta situación.
  • Otra de las consecuencias que pocos examinan es la estabilidad económica. Muchos hombres pierden grandes cantidades de dinero, propiedades e incluso estatus social debido al divorcio, algo que los afecta más que a las mujeres.
  • Los sentimientos negativos de ira, resentimiento, entre otros que ocasionan las pérdidas también son una consecuencia con la cual lidiar.
  • Cuando surge un divorcio la mujer y los hijos pueden ser más considerados, así que el hombre puede quedar sin apoyo familiar y social, además de ser juzgado, avergonzado o humillado por vecinos, amigos y compañeros de trabajo. Todas esas situaciones podrían explicar las altas tasas de suicidiosen hombres tras un divorcio.

Cómo podemos brindar ayuda

Para muchos es difícil saber que han podido contribuir, sin querer, a que una persona se quite la vida, pero la realidad es que no estamos educados emocionalmente ni capacitados para ayudar a otros. En muchas ocasiones sucede que queremos animar a alguien que se encuentra en depresión, y lo hacemos con buenas intenciones, pero logramos todo lo contrario; creamos sentimientos en la persona que la hacen sentir forzada a estar bien cuando en realidad no puede. Así que lo mejor es usar la empatía, escuchar con atención, ponerse en su lugar, tratar de entender su dolor y simpatizar un poco con sus sentimientos.